Hace unas semanas me encargaron una panorámica 360º del interior del nuevo coche Mini Seven que acaba de salir. El trabajo lo tuve que realizar en un plató de Camera-Studio en Madrid que dispone de una luz cenital difusa ideal para hacer este tipo de fotografías.
Para realizar la panorámica 360º desde la posición del conductor hice un bracketing con diferentes exposiciones de cada toma con el fin de tener información en las altas luces y también poder levantar las sombras sin temor a que apareciera ruido. La posición de la cámara estaba a escasos 50cm del volante y del reposacabezas, lo que implicaba tener que cerrar mucho el diafragma para tener foco tanto el volante como en la parte más alejada. No obstante, cerrar el diafragma más allá de f9 implicaba tener menos nitidez y definición (debido a la difracción) en la parte más importante de la imagen que era el volante y el panel frontal. Por ello realicé a su vez dos enfoques diferentes de cada uno de los bracketings. Uno para tener la máxima nitidez en el volante (y poder apreciar la textura de la tapicería del asiento) y otro para tener foco en la parte más alejada del interior del vehículo.
A parte de todo esto, en cada posición de cámara también se tuvieron que hacer diferentes tomas para controlar los reflejos que se producían en las superficies metálicas y plásticos brillantes. Para evitar los reflejos que se producían en el panel frontal tuvimos que bloquear la luz que entraba a través del techo panorámico y laterales utilizando paneles y telas difusoras.
Como siempre una parte delicada del proceso es hacer la toma inferior o nadir quitando el trípode. Al tratarse de una visión desde el conductor pude realizar la toma desde el exterior utilizando la barra horizontal del trípode a través de la ventanilla. Para situar la cámara en la misma posición cada uno se las ingenia como puede. En mi caso, yo me ayudé de unas referencias en el exterior y una pequeña plomada para poder situarla exactamente en el mismo sitio. Un poco de cinta americana para fijar el trípode, unos trapos en las patas del trípode para proteger la chapa del vehículo, y ya tenemos la toma preparada. En las fotos del making-of podéis comprobar que queda ‘muy profesional’ pero el método de cada uno ya depende del material de que disponga y del ingenio que tenga. Lo único importante es que al final te cuadren al máximo las dos tomas.
Una vez ya tienes todo el material, sólo te queda unir todas las tomas utilizando únicamente las partes deseadas de cada una, y finalmente trabajar las partes de vidrio para obtener un fondo homogeneo y un pequeño degradado en los espejos retrovisores. No obstante, siempre se acaban retocando pequeños desencuadres en el cosido de las fotos o algunas imperfecciones del interior.
Teniendo en cuenta las diferentes tomas, bracketings, enfoques, reflejos, foto nadir, etc, para conseguir la panorámica final he tenido que utilizar cerca de 50 fotografías.
También realicé una panorámica 180º desde el centro del vehículo utilizando el mismo proceso.
Algunas fotos del making-of del proceso
Dentro del encargo también habían unas fotos de detalle donde el principal problema nuevamente fueron los reflejos. Es importante intentar controlar al máximo la luz y utilizar un filtro polarizador para minimizarlos, pero al tratarse de superficies metálicas convexas como el capó o los faros, se refleja absolutamente todo el espacio y es prácticamente imposible bloquearlos en su totalidad. Retocar estas imágenes implica pasar muchas horas delante del ordenador.
Aquí podéis ver el Antes/Después de cada una de las fotos
Frontal y faros LED
Lateral exterior
Detalle llanta de aleación Two-Tone y tapón
Detalle volante
